La piel es el mayor órgano del ser humano, ocupa unos 2 m2 y pesa aproximadamente unos 5 kg. Esta se divide en tres capas bien diferenciadas:
La externa (epidermis) que contiene las células de la piel, pigmentos y proteínas.
La intermedia (dermis) que contiene los vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos, glándulas sebáceas y suministra nutrientes a la epidermis.
El tejido subcutáneo (hipodermis). La capa que está debajo de la dermis contiene las glándulas sudoríparas, algunos de los folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa.
Cada capa contiene también tejido conectivo, con fibras de colágeno para dar soporte y fibras de elastina para dar flexibilidad y fuerza.
Los cambios que experimenta la piel están relacionados con factores extrínsecos (los factores ambientales, el sol, radiaciones UVA, etc.) y factores intrínsecos (constitución genética, nutrición, hormonas, etc.). Esto puede evidenciarse al comparar las áreas del cuerpo que tienen una exposición regular al Sol con las que están protegidas.
Todos estos factores producen unos cambios en la piel, dentro de los cuales, el envejecimiento es uno de los más visibles. El paso de los años, la exposición al sol y las agresiones diarias evidencian ciertos signos como las arrugas, la flacidez, las manchas y la desvitalización en general.
Con el envejecimiento se experimentan una serie de cambios que afectan a todas las capas de la piel:
La epidermis se adelgaza, aun cuando la cantidad de capas celulares permanece sin cambio alguno. En consecuencia, la auto-regeneración es más lenta que la de una piel joven.
Los melanocitos (células pigmentarias) disminuyen en cantidad.
El tejido conectivo reduce la resistencia y la elasticidad de la piel, produciéndose la elastosis.
Las glándulas sebáceas producen menos aceite a medida que se envejece, lo que puede hacer que sea más difícil mantener la humedad de la piel causando deshidratación.
La capa de grasa subcutánea, que facilita el aislamiento y la amortiguación se adelgaza, pronunciando las arrugas y flacidez.
¡Conseguir una piel perfecta es más sencillo de lo que parece! Empieza por evitar los factores que pueden dañar y envejecer la piel.