La renovación de la piel es esencial tanto a nivel estético como de salud. Por lo que a la estética se refiere, el hecho de que las células de la piel se renueven mensualmente hace que su aspecto, grosor y textura mejoren por lo que los signos de la edad se suavizan enormemente.
A nivel de salud, la renovación de la piel mejora las funciones biomecánicas, repara el envejecimiento prematuro de la piel y combate determinadas patologías dérmicas. Y es que la revocación de la piel tiene más importancia de lo que muchas de nuestras clientas creen.
Sin embargo, el proceso de renovación no siempre es el mismo. Principalmente la edad pero también el clima, la contaminación y la alimentación retrasan el proceso de renovación provocando que la piel pierda oxigenación y humectación. El resultado es un rostro apagado y dañado.
Para evitarlo queremos hablarte del resurfacing, una técnica de rejuvenecimiento facial que, actualmente se presenta como la alternativa a la intervención quirúrgica, y que terminará con todo tipo de imperfecciones cutáneas.
Concretamente, el tratamiento resurfacing completo consta de cuatro a seis sesiones y, cada una de ellas, persigue un objetivo concreto. Las primeras sesiones buscan eliminar el exceso de células muertas y actualizar toda la regeneración cutánea mientras que las últimas persiguen la estimulación del colágeno dérmico, reparar las cicatrices post acneicas y minimizar las manchas en la piel.
Cada una de las sesiones tiene una duración aproximada de unos 45 minutos a 1 hora y debe realizarse cada 15 días.
Al finalizar el tratamiento, tus clientas tendrán un rostro sin imperfecciones cutáneas. ¡Recomienda la técnica!