El día a día de nuestros salones se centra en el cuidado de la piel. ¿Cómo organizar bien un programa de tratamientos?, ¿cuántas sesiones va a necesitar para corregir y transformar las diferentes irregularidades?, ¿cómo plantear un buen programa de cuidados en casa?
Nuestro objetivo es conseguir una piel perfecta. Los clientes que asisten a nuestros centros son muy diferentes, nos podemos encontrar al usuario más neófito que se deja llevar por todos nuestros consejos hasta el consumidor más especializado y documentado. Este último en ocasiones no sabemos qué proponerle. Por esta razón hemos hecho una selección de las preguntas más frecuentes que suelen hacer los clientes en los centros de estética para compartir en este artículo.
1. ¿EXFOLIACIÓN?
¿Cuándo hacerla? ¿Cuál es la mejor estación del año?
La exfoliación la podemos hacer durante todo el año. El ciclo de renovación de la piel, turnover de la capa basal, es continuado así que para mejorar el rendimiento de los tratamientos cosméticos, una exfoliación es necesaria siempre. Importante detalle a tener en cuenta es la estación del año. Si esta exfoliación se hace en meses de mucho sol tendremos que utilizar exfoliantes menos abrasivos, renovar con menos frecuencia y siempre una protección alta para evitar que el sol dañe la piel. Si esta exfoliación se hace en otoño invierno, seguramente podemos ser más insistentes con lo que los tratamientos reparadores, antimanchas y de regeneración en esta época serán más adecuados. No hay mejor estación solo protección más eficiente para una piel que estará desprotegida.
¿Se puede hacer en todo tipo de pieles?
Ya hemos comentado que todas las pieles se renuevan solas, su sistema de actualización es continuado solo que en ocasiones se ralentiza. La exfoliación cosmética es una pequeña ayuda que acelera la salida de células. De entre los diferentes tipos de peeling los hay más finos y superficiales, según la insistencia de trabajo (fricción) podemos exfoliar hasta las pieles delicadas. Los peelings medios, enzimáticos o glicólicos, para una renovación más profunda y reparadora. Gradúa la exfoliación al tipo de piel y podrás renovar a cualquier tipo de piel.
¿En qué nos puede ayudar una exfoliación?
Como tal un exfoliante es un producto que renueva. Saca de la superficie cornea el exceso de células muertas y queratinizadas para dar paso a unas nuevas. Esto permite que la piel se muestre:más fresca, más radiante, más oxigenada, sana, uniforme, clara, tonificada, vital, pero sobre todo más receptiva. Después de una buena exfoliación cualquier cosmético que apliquemos tiene más oportunidad de actuar y cambiar la piel.
2. USO DE COSMÉTICOS EN EMBARAZADAS
El uso de cosméticos en embarazadas genera muchas dudas, y posiblemente es uno de los mejores momentos para cuidar la piel. Si pensamos que el cuerpo se está encargando de concebir una nueva vida, en ocasiones la piel de uno mismo se deshidrata, aparecen pequeñas arrugas y si hablamos de corporal, las estrías y la celulitis son complicadas de tratar.
¿Qué tratamientos evitar? Cualquier persona que está embarazada o cree que pudiera estarlo debe evitar tratamientos de aparatología, aceites esenciales puros (esencias en general). Cualquier producto refrescante como el mentol para piernas cansadas, no debe utilizarse.
No utilizar anticelulíticos que lleven cafeína, al ser un estimulante y diurético, tiende a aumentar la presión de sangre y deben evitarse durante el embarazo, la cafeína a su vez aumenta la frecuencia urinaria y puede disminuir fluidos corporales necesarios para el bebé.
Disminuir el uso de vitamina A o retinol, disminuir pero se puede usar. El Retinol o Vitamina A es una vitamina liposoluble que no es de tan rápida eliminación con lo que se recomienda prudencia para utilizarlo durante la gestación.
El periodo de restricciones en embarazadas y madres lactantes es hasta los 6 meses de vida del bebe. Momento en el cual, aunque sigamos dando el pecho, ya podemos irnos incorporando a la rutina normal del centro.
3. ¿PIELES GRASAS?
Otro punto de consulta recurrente es el caso de las pieles grasas. ¿Qué hacemos con ellas?
Una piel grasa, se caracteriza principalmente porque su secreción sebácea está aumentada. Este sebo, en ocasiones se altera y puede llegar a desencadenar un acné infeccioso. Si entendemos que regular la glándula sebácea es imprescindible, lo primero que debemos pensar es en que:
1. Los cuidados deben ser diarios, de nada sirve que vengan una vez al mes si no se cuidan en casa. Higiene diaria, día y noche, a ser posibles productos limpiadores pero no astringentes.
El tratamiento seboregulador también debería ser diario, a ser posible día y noche. Su tratamiento prolongado nos reeducará la glándula sebácea par que esta produzca menos grasa.
2. Evitar la proliferación bacteriana. Este punto es clave y también tiene que ser de aplicación continuada. Los productos bactericidas, que ayudan a recuperar la flora cutánea, luchan contra estos microorganismos y evitan los procesos infecciosos. Su uso es imprescindible y también diario. Así pues, para un tratamiento de piel grasa, con o sin brote acnéico, lo importante es el cuidado seguido en casa y planificar unas curas de control en cabina.
4. ¿VITAMINA C?
Por último no debemos subestimar a la tan agradecida vitamina C. Power C con su extensa gama ¿debe limitarse su uso? ¿Podrían pasar muchos clientes sin utilizarla en sus pieles?
La vitamina C es la vitamina de la luz. Es un potente antioxidante y en épocas de cambios de estación y sobretodo en climas extremos de calor es un excelente tratamiento. A la pregunta de ¿se debe utilizar en verano? la respuesta es afirmativa. La vitamina C protege a nuestras células de los daños que ocasiona el sol, siendo una muy buena opción en verano. Y ¿por qué se limita en ocasiones? La forma en la que se presenta la vitamina C es ácido ascórbico, no deja ser un ácido cítrico. A concentraciones muy elevadas y si se juega con pH bajos, podríamos estar hablando de un producto renovador más que de un antioxidante. Vitamina C sí, las fórmulas más concentradas e intensivas, reservaremos el uso por la noche y siempre marcando la frecuencia de uso según la piel.