SKEYNDOR PRO
Cada piel tienes sus particularidades y, por lo tanto, necesidades. Cuando nuestras clientas adquieren un tratamiento concreto, no solo tenemos qué valorar aquello que va a aportarle a su piel sino de qué forma lo va hacer.
Un mismo tratamiento puede presentarse de varias maneras (en gel y crema, por ejemplo), y proporcionar los mismos beneficios. La cuestión es entender qué tipo de textura demanda cada piel, no solo para que tu clienta se sienta más cómoda y confortable, sino para que su piel aproveche al máximo aquello que le ofreces.
- Cremas fundentes y untuosas, y aceites para pieles maduras y/o secas. Texturas nutritivas y confortables para aliviar la sensación de tirantez y picor.
- Fluidos y geles para pieles mixtas y grasas, para tratar sin añadir brillos ni taponar los poros.
- Las texturas en crema con acabados ligeros serán las aliadas de las pieles normales con tendencia a mixta, para evitar los brillos pero que al mismo tiempo le proporcionen lo que necesitan.
Las estaciones del año
Además de entender qué textura necesita cada tipo de piel, hay que tener en cuenta el clima o la estación del año. Así, recomendaríamos una crema durante los meses más fríos –que cubra bien y proporcione una sensación de protección y confortabilidad– y un gel o fluido durante la temporada estival –más fácil de absorber y que ofrezca una sensación de frescor.
Y recuerda, no importa la textura que tenga el tratamiento mientras sea la adecuada para la piel de tu clienta.. En este sentido, para una recomendación más acertada, puedes contar con My Skin Diagnosis, un sistema exclusivo de diagnóstico facial personalizado creado solo para profesionales de la estética que te ayudará a captar y fidelizar clientas, además de suponer un servicio diferenciado de la competencia.
Si quieres más información, puedes contactar con nosotros.
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